Oncologica – Caso práctico

Los fallos inesperados en un equipo de refrigeración y los cambios en los niveles de aire y humedad de un laboratorio son problemas capaces de dañar a los reactivos y al equipo vitales para el proceso de pruebas, incluso si la variación en los parámetros es diminuta. Estas posibles alteraciones requieren de procesos de monitorización dedicados y protección para cumplir con los estándares internacionales médicos de laboratorio (como la ISO 15189) para garantizar resultados precisos de pacientes.

Los reactivos de prueba importantes, o bien se almacenan en frigoríficos entre 2 y 8 °C y congeladores entre -20 y -80 °C; o bien se mantienen a temperatura ambiente, y todos ellos se deben monitorizar como parte de un sistema centralizado y comprensivo.

La solución Hanwell IceSpy resolvió todos estos problemas y ofreció al equipo tranquilidad gracias a su monitorización inalámbrica e ininterrumpida valiosísima. El sistema no solo ofrecía acceso a datos de monitorización de temperatura a tiempo real y a un audit trail sin necesidad de intervención manual, sino que también proporcionaba la utilidad de alarmas personalizadas para los límites fijados. Este método superior permite que se emprendan rápidamente acciones efectivas cuando se cruzan límites, evitando así que se pierdan los materiales y, al mismo tiempo, promoviendo una forma de monitorizar datos más segura y eficiente durante un período más largo.

El sistema innovador se escogió para sustituir a las lecturas manuales, ya que los miembros del personal dejaron buenas opiniones sobre el producto en entornos de trabajo previos. Lo entendemos como una actualización vital para la eficacia de la monitorización y la seguridad de los reactivos.